Documentada su existencia desde la antigüedad, la jamsa, cuya etimología proviene del hebreo y remite al número cinco, evoca la mano protectora de Dios —de ahí su peculiar forma— y el atento cuidado con el que guarda a cada una de sus criaturas. El artículo está hecho de madera de olivo, que significa la paz. En el centro de la jamsa, entre agua del río Jordán y tierra de Jerusalem, se halla la imagen del Sagrado Corazón de Jesús, cuya llama y luminosidad simbolizan la intensidad de su amor por el género humano. Cuidadosamente incrustados en los detalles de la jamsa, se encuentran cuarzos azules, que significan la paz espiritual; los cuarzos centrales conforman una cruz, que en la tradición cristiana es el símbolo por antonomasia del amor infinito de Dios por la humanidad. Todos los materiales que componen esta jamsa provienen de Jerusalem, Tierra Santa.
